Tuesday, November 07, 2006

. . : : Trigésima Nimiedad... al final del día : : . .

Después de un tiempo moderado de ausencia, vuelvo para escribir, he estado masticando esta nimiedad durante poco más de una semana y creo que por fin está lista para ser publicada. He de aclarar que el título fue modificado más de una ocasión en el tiempo en que se ha procesado, y finalmente, decidí llamarla al final del día, porque creo que ese es el momento que por lo menos en mi caso, permite poner la cabeza lo suficientemente en orden.

Así pues, una vez hechas las aclaraciones, comenzamos con esta Trigésima Nimiedad.

Al final del día...

Al final del día, puedes encontrarte con muchas cosas que no esperabas, incluso, darte cuenta de que una canción que había durado incluso años en tu cabeza, pudo encontrar un final; no significa que haya dejado de tener un trasfondo, es sólo que su historia ha cerrado su ciclo y se pierde aquella imagen estilizada y perfecta con que habías tejido cada hilo de su trama.

Al final del día, te das cuenta que incluso el más caballero entre los caballeros tiene un lado... por llamarlo de algún modo: "hombre" y que no era ese príncipe encantado de cuento de hadas que recordabas, termina siendo simplemente un humano matizado de virtudes, defectos y manías. Esto no es necesariamente malo, en realidad, te ayuda a poner los pies sobre la tierra y dejar de cargar equipaje innecesario... finalmente, los "what if" dejan de ser una sombra sobre tu cabeza.

Al final del día, tal vez notes que te has reencontrado a tí mismo, y ¿por qué no? a ese otro significante que era una de las diminutas piezas del rompecabezas de tu propia vida, tal vez tome la labor de ser portavoz de tu consciencia, o simplemente que se haya aparecido al azar en uno de esos días en los que realmente te habría gustado no poner un pie fuera de la cama... bendita nostalgia ¿qué sería de la humanidad sin tu calidez?

Al final del día, sin importar que tan duro haya sido el correr de las horas en él, siempre estará una gotita de cariño aguardando para iluminarte un poco la faz, puede que la encuentres en los brazos de tu madre, en el calor de tu cama, en la muestra de afecto de una mascota, en las palabras de un amigo o bien, en el conocimiento de que algún extraño repara sorpresivamente en algo que para tí resulta cotidiano y con ello se revive tu capacidad para sorprenderte, pues, aunque no lo parezca, siempre habrá alguien que notará que estás ahí y como te estás sintiendo.

Al final del día habrás aprendido algo, no importa qué, ni cómo lo aprendiste, simplemente, el hecho de haberlo aprendido; ya sea del afecto, de la emoción, de la gente, de un trayecto o inclusive de la letra de una canción, siempre tendrá un impacto en tu vida y por lo general, va a ayudarte a crecer y a enseñarte que apostar es bueno, siempre y cuando lo hagas a lo seguro.

Al final del día, descubrirás con sorpresa, que las cosas más simples, son a veces las que mejor de boca te dejan, casi tan bueno como el sabor de un buen café recién preparado o como el de aquel helado que te ha gustado desde que eras un niño, tal vez, encuentres de nuevo el sabor a la vida al recobrar un poco de tu inocencia.

Al final del día, sabrás que amaste y que aún amas, quizá con buena suerte si eres o no correspondido y, después de todo, saber que si un plan se ha frustrado, no debes lamentarte, sino seguir adelante si es que tu empeño es conseguirlo.

Al final del día, habrás sufrido una o varias despedidas, quizá habrás sentido que las piernas no te sostienen y que te vas de boca en un precipicio sin poder meter las manos, sin embargo, al pensarlo, habrás encontrado la fuerza necesaria para salir del abismo y seguir adelante, en esta ocasión sin pensar completamente en los demás, sino porque tú mismo te has dado cuenta de que te has forjado un camino y estás convencido de seguirlo.

Al final del día, tendrás la consciencia de estar vivo, sé que duele a veces, pero no debes preocuparte, pues al final del día, no hay nada como un café caliente, una cama tibia y un tiempo de buen sueño para reparar cualquier tipo de herida, tanto en la mente, como en el alma.

3 comments:

el zEP said...

Al final del día, solo me quito los zapatos de mis pies entumecidos, y las gafas de mis ojos cansados. Recuerdo que por la mañana hice el balance general de las cosas por las cuales vale la pena terminar ese día.
Balanceo la ecuación y me doy cuenta que aun no hay razon para no sonreir.
La tormenta aun esta lejos.

Satanic Plastic said...

Sorry por comentar hasta ahora.. =S Pero bueno, aquí andamos, concuerdo contigo totalmente en lo que escribiste, ese pequeño momento de reflexión que nos muestra muchas cosas que incluso creíamos perdidas u olvidadas...

Ethne said...

Al final del día despiertas del ensueño y te das cuenta no sólo de lo equivocado que estabas, también de lo complicado que será despertar mañana...

Anoche aprendí que no sé nada.

Lamento haberos dejado tanto tiempo en blanco. Nos vemos pronto Eickos, gracias por ir a postearme un extracto de tus pensamientos. Suerte.