Wednesday, November 16, 2005

. . : : Décimo Séptima Nimiedad o de las diferencias entre dormir solos y dormir acompañados : : . .

Bien... tras una larguísima ausencia y la exigencia de mis hermosas hijas de una nimiedad, estoy de vuelta para escribir algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza desde el domingo por la mañana.

Para variar y no perder la costumbre, todo comenzó por un café de fin de semana con los amigos, con motivo del cumpleaños de mi hermanito Vik, ya saben, por la tarde, el café, los amigos y un pastel de chocolate que mi madre Amine y yo horneamos la noche anterior para el mostrito... terminamos siendo corridos del Yellow Café (a las 7:00 p.m. pueden creerlo???), así que Amine, Vik, Pocho, Ginn y yo, decidimos felizmente mudarnos al VIPS de Insurgentes y Altavista, tras un rato de estar echando relajo y platicar de celebridades del cine, Pocho y Ginn fueron llevadas de vuelta a sus respectivas casas, y nosotros tres nos quedamos esperando la aparición de Liliana o bien el conocer la versión 2.0 del Bobmóvil.

Cuando por fin vimos la borregosa cabeza de Lily, al Bob y al buen Fernando (*Eickos babea cual perrito pavloviano), se pagó la cuenta y caminamos hasta Plaza Inn, abordamos el Bobmóvil 2.0 y nos dirigimos feliz y ensardinadamente a la Zona Rosa, después de ver un antro que acababa de abrir y nos corrió a la velocidad de un rayo por tener a una obscena cantidad de deciveles "na na na" de los Kumbia Kings, terminamos huyendo al Yarda's Bar (donde terminamos escuchando no sólo a los Kumbia Kings, sino también un extensísimo repertorio de reggaeton y también la cumbia de los Ángeles Azules), pasamos un rato agradable, Amine y yo viendo a los otros beber Yardas de cerveza oscura (estúpida dieta!!! maldito hijo de su... ya-saben-que Alien!!!) y brincoteando algunas canciones antañas de Caifanes y cosas por ese estilo.

A eso de la una de la madrugada abandonamos el bar tras pagar las yardas más caras que he visto en toda mi existencia (chingado, con lo de dos Yardas podríamos haber pagado un cartón de caguamas!!!), fuimos a dejar a Lily a su casa y de ahí nos fuimos a casa de Amine, para no hacer el cuento muy largo, Fernando y Germán (a.k.a. Bob), estuvieron chupando tequila otro rato, pero se fueron temprano porque tenían que volver a Cuernavaca el domingo siguiente. Todavía me quedé un rato platicando con Amine, pero la neta, me moría de frío así que me fui a apoltronar con mi hermano en el sillón donde acostumbro dormir cuando me quedo con mi madre... como resultado, quince minutos después, Amine tomaba tequila (cosa que no debía haber hecho) y Viktor y yo estábamos abrazados bieeeeeeeeeeen getones en el sillón.

Es justo de ese último punto donde se desprende esta nimiedad: ¿Existe una diferencia realmente marcada entre dormir solo y dormir con alguien más? Yo creo que sí...

Comencemos por ver pros y contras de ambas situaciones: Al dormir a solas, no sólo dispones de más espacio, sino que te mueves como se te da tu regalada gana, puedes enredarte libremente en las sábanas y cobijas, patear, morder y/o aventar almohadas SIN QUE NADIE SE QUEJE DE NADA AL DÍA SIGUIENTE!!! Pero no crean que el dormir solo, significa sólo cosas buenas, no señor, cuando uno duerme solo, muchas veces el espacio es demasiado y puedes acostumbrarte a usar sólo un lado de la cama, cuando hace un frío obsceno como el de estas épocas, no importa cuantas cobijas tengas, ni cuantos pares de calcetines logres meterte en los pies SIEMPRE tendrás frío... hagas lo que hagas *Evil Laugh*

Cuando se duerme en compañía (ojo, me refiero a compañía perfectamente homo sapiens, nada de estar pensando en el perro, el gato o el amigo imaginario), aprendes a ocupar el espacio justo en la cama, a moverte, hacer y deshacer en ese espacio y lo mejor de todo, a dormir bien tapado y evitar que te destapen; aunque no lo crean resulta grato encontrate con que no estás solo por la mañana, especialmente si lo primero que ves al aclarar a medias tus ojos, es una sonrisa que en todas las formas posibles, te dice "Buenos días" y lo mejor de todo, cuando hace tanto frío como ahora, un abrazo siempre soluciona el problema... recuerden dos calientan más que uno (sin albur, mentes cochambrosas!!! ¬¬). Sí, también tiene sus puntos malos dormir en compañia, y son los siguientes: Si es la primera vez que duermes acompañad@, corres el riesgo de ser aplastad@ o peor aún, de aplastar al otro!!!, también es casi seguro que las primeras veces terminarás destapad@ o destapando y lo qeu sí es verdaderamente feo... si amaneces en un sitio que no es tu casa, después de haber caído más dormido que un cadáver y te despiertas con alguien a tu lado y/o abrazándote, puede resultar realmente de terror.

En conclusión, sí, existen diferencias MUY marcadas entre dormir solo y dormir acomapñado, pero si hay algo que puedo asegurarles, prefiero mil veces dormir en compañía, que dormir sola, porque ya sea con fines de descanso, o con otros fines menos relajados, el compartir la cama/sofá/sillón/colchoneta/sleeping (bueno creo que entendieron el punto :P), aparte de ser un arte, es 300% disfrutable.

1 comment:

Isa said...

Dormir con otra persona es ibol.

Para aprender a ocupar un espacio, no dar vueltas de tropo chillador, dejar las cobijas en su lugar y en general ser una compañía agradable en la cama (no empiecen de malpensados), nada como dormir con 4 gatos de uñas afiladas.

Un movimiento en falso y no te cuento como amaneces. Pero en estas noches heladas, bien vale la pena.

Aparte de que si mi abuelita entrara de improviso a mi cuarto, no pega de gritos, exclama "en que se equivocó" y exige justicia divina, pronta y vengativa, mientras va por un sartén para coger al infeliz desgraciado a sartenazos. Y si estaba durmiendo con otra mujer, sale pitando a llamar a la familia para decirles que por fin ya me volví lesbiana.

La temporadita que me acostumbré a dormir con otro ser humano fué horrible después.

Como siempre me levantaba del mismo lado, una mañana me desperté apurada, con prisas, rápida y de un salto porque se me hacía tarde y mal-descubrí que había una pared en mi camino.

Obvio, pasé desmayada el resto de la mañana del fregadazo, el chipote me duró 3 días y ni llegué a donde tenía que ir...

Dormir con otra persona es ibol. Y lo seguiré diciendo hasta que alguien me convenza de lo contrario de manera empírica.

*utiliza un agujero instantáneo marca ACME para hacer discreto mutis... Yahohohohoho...*