Monday, January 30, 2006

. . : : Vigésima Nimiedad o de lo aterrador de predecir situaciones : : . .

Hola de nuevo, mis pocos pero fieles lectores, estoy de regreso antes de que termine el primer mes del año, para dejarles una nueva nimiedad, así que por favor, sírvanse ponerse cómodos y leer el siguiente rollo (me siento particularmente inspirada).

Pues bien, como saben, en este blog se comenta sobre situaciones cotidianas, las cosas que podemos o no vivir diariamente, y en caso de ser la segunda opción, el poder pensar un poco para evitar vivir dos o más tropezones desagradables. En esta ocasión, pensé muy seriamente en algunos comentarios que hacía el día de ayer con mi mejor amigo, con respecto a lo sencillo que es recibir una determinada respuesta, cuando por observar conductas y patrones, sabes perfectamente que esa respuesta es una probabilidad latente y en realidad, está en un altísimo índice de probabilidades de suceder. Así pues, dedico esta vigésima nimiedad a analizar si es o no aterrador el poder predecir situaciones.

No sé si en algún momento les habrá sucedido, tal vez en la escuela con algún profesor, en el trabajo con su jefe o algún compañero de trabajo, en casa con sus padres o bien, con el o la fulanit@ en turno, que tras pasar determinado tiempo en convivencia, puedes llegar a predecir ciertos resultados y también, a plantearte algunas hipótesis perfectamente comprobables a corto o mediano plazo sobre situaciones específicas, como lo puede ser un permiso, una negociación de punto sobre examen, otro permiso o bien, la toma de decisiones en pareja... viendo un poco estas cosas, que son más comunes de lo que yo misma llegué a pensar, me pregunto ¿será realmente válido valerse de la experiencia y la observación para predecir un hecho a futuro? Yo creo que sí.

Tal vez muchos puedan tildarme de aburrida por intentar predecir lo que va a suceder más adelante, y muchos otros me digan "ay que hueva, tengo cosas mejores que hacer, que estar haciéndome chaquetas mentales", pero aunque me digan que nunca lo han hecho -especialmente en el caso de las chaquetas mentales-, seamos honestos, a todos nos gusta tener una seguridad de cómo van a estar las cosas, para saber cómo y por donde actuar y por ello, tendemos, llamándolo románticamente, a "imaginar" las opciones que tenemos en caso de que algo suceda o no.

En este caso particular, y esta vez, prometo no citar nombres (aunque algunos de mis lectores sabrán a quién me refiero), había pasado poco más de un año, ayudando a que alguien se rehabilitara y tomara un poco de más confianza en si mismo. A momentos parecía que en efecto, las cosas iban por buen camino, pero como siempre la larga indecisión, las respuestas ambiguas y el dejar patente su clasiquísimo "aquí estoy, pero a la vez no estoy", fueron dándome pautas para pensar varias cosas; entre ellas, pensé muy seriamente que esta personita no estaba completamente dispuesta a restablecerse y mucho menos a dejarse ayudar (cabe anotar que esto fue corroborado); de la mano con esto, también pensé: "nunca es suficiente, parece que jamás voy a terminar de correr en círculos, probablemente, sea que jamás ha sentido lo mismo por mí, que yo hacia él" (insisto, cabe anotar, que esto fue corroborado); para no hacer esto demasiado largo, anoto un tercer pensamiento, que fue el que llevó a comprobar todos los demás que uno a uno fueron corroborándose: "Una noche será suficiente para ver si es que estaremos juntos o no... si es que puede funcionar", dicho sea de paso, también esto fue corroborado, puesto que, ante la idea de una noche, prefirió huir como conejo, a enfrentar los molinos de viento, digamos que era un experimento para comprobar si era cierto que había logrado dejar atrás el pasado, cosa que, como pudo verse, no es real.

En cierto modo, me sentí atemorizada porque las cosas que había pronosticado para este desenlace, se dieron de una en una y tal cual las había planteado, por un lado, me sorprende la capacidad de observación que he desarrollado, pero por otro, me da bastante miedo darme cuenta de que en realidad, me dí más a la labor de conocerlo y comprender el por qué de sus reacciones, de lo que él se ocupó siquiera en mirar a su lado y darse cuenta de que tenía en las manos algo que era perfectamente tangible y seguro.

A modo de conclusión, digo de nuevo y tal como se lo dije a mi mejor amigo, que triste es darte cuenta de que puedes predecir las cosas sólo observando, pero en verdad, puede resultar de muchísima ayuda el poder conocer esas respuestas, para poder prepararse para recibirlas y que el golpe, a fin de cuentas, sea bien amortiguado y duela aunque sea un poco menos, que si te topas con la realidad cayendo de bruces y sin poder meter las manos.

2 comments:

Anonymous said...

Despues de leer tu blog(y asustarme un poco de ver que el mundo a mi alreadedor esta en la misma situación) creo que estas viendo al mundo desde el punto equivocado.

Si, si ya se yo que voy a saber... pero creo que te has concentrado tanto en predecir lo que fulanito va a no va a hacer. Que no te has fijado que tu eres la predecible en esa situación eres tu. Que tu eres la que se pone en una situación totalmente vulnerable a algo que sabías que no sucederia. Porque si no sucedio hace 9 años.. pues quiza es porque nunca va a suceder. Quiza no se trata de que el cambie, si no de que tu lo hagas para encontrar mejores horizontes.

Anonymous said...

Estoy de acuerdo casi en todo, excepto en que te veo muy confiada de que predecir te prepara para lo "aconteciente" cuando casi siempre sirve sólo para inconcientemente predecir una seguna opcion que es mas placentera, te gusta mas y al final, IGUAL que raton al queso, terminas llorando, desilusionado de la vida por que nada salió como "debia" (QUERIAS EN TU MENTE SUCIA) suceder.