Friday, January 13, 2006

. . : : Décimo Novena Nimiedad... o de la importancia de cumplir las promesas : : . .

Y estoy de vuelta una vez más, en un nuevo año, con nuevas perspectivas y viendo con agrado que esta vez, mis deseos de año nuevo sí se están cumpliendo.

Eso no es todo, creo que este año, comienzo bastante contenta, porque aunque me cueste trabajo reconocerlo, he tenido un cambio de actitud que incluso a mi misma me parece sorpresivo. Para quienes me conocen, sabrán con certeza, que siempre he sido amante de los colores oscuros y qu eno es por nada, pero favorecen bastante a lo pálido de mi tez; sin embargo, últimamente y por propia voluntad, he estado vistiendo de colores claros y no sólo eso, sino que -sí, damas y caballeros...- YO, la señorita jamás-en-la-vida-voy-a-usar-rosa-porque-lo-detesto, he vestido de rosa y saben que es lo más curioso??? QUE ME GUSTA COMO ME VEO!!!

Ok, pasado el lapso histérico, procedo con la primer nimiedad de este 2006 y sí, elegí el tema de las promesas, porque creo que después de estos días, he terminado de comprender lo importantes que son y las razones por las cuales deben ser cumplidas religiosamente.

Tal vez me equivoque, pero en algún punto de nuestras vidas, todos hemos prometido algo, desde un abrazo, hasta alguna otra cosa y también en algún punto de nuestras vidas hemos cumplido con las promesas que hacemos, pero en otros tantos casos, simplemente no lo hemos hecho, ya sea porque no pudo cumplirse, o bien, porque no hemos querido hacerlo. Viéndolo también del otro lado de la moneda, hemos sido objeto de las promesas de alguien más, nos hemos ilusionado pensando en esas promesas cumplidas y también hemos vivido desencantos por su incumplimiento; y es por eso que me pregunto ¿Es muy importante cumplir con las promesas que hacemos? Yo creo que sí.

Analizando un poco en retrospectiva, el último año he pasado muchísimo tiempo molesta por promesas que jamás se cumplieron y que por alguna extraña razón (ok, no tan extraña, es sólo que peco de crédula en ocasiones), había puesto mi mente, cuerpo, alma y fé en ellas y en verdad, el golpe que me llevé al darme de narices contra la pared, no fue en absoluto lindo; eso me lleva a pensar, que también yo hice promesas que por algún motivo no pude cumplir y que en realidad, me siento bastante mal por ello, porque sé lo que significa que te dejen con los brazos extendidos y simplemente termines entumida de tanto estar esperando.


Siendo bien honesta, debo admitir que no había reparado en qué tan importante puede ser el cumplir una promesa, sino hasta este miércoles, que después de una no tan amena charla mañanera de despedida con mi madre, comprendí que por estar molesta con ella, había dejado de lado algo muy importante: Que mi hermana me necesitaba y yo había prometido estar ahí para ella. Sin embargo, me comporté en forma completamente contraria e irracional hacia ella y a final de cuentas, no era culpable de mi enojo, sólo había sido parte del efecto secundario de que estaba perdiendo parte de la poca seguridad que había obtenido en los últimos meses y que justo en ese momento, cuando supe que simplemente se habían olvidado de mí cuando habían estado a unos cuantos metros de mi trabajo, cuando sentí que esa seguridad se me iba entre los dedos y decidí atacar al público en general.

De ese modo, salí de la cocina muy molesta, me fui a la cama muy molesta, me levanté molesta y salí de casa molesta, para llegar molesta a la oficina. Por cierto ¿mencioné que estaba molesta? pues lo estaba y no imaginan en que forma y justo en medio de toda esa molestia y lo mucho que me dolieron las palabras de mi madre, recordé que le había prometido a mi bicho estar ahí para ella, que no iba a dejarla y que compartiría con ella ese momento tan importante y con un muy buen bofetón dado en parte por el frío en la oficina y en parte por el sentimiento de culpa, decidí llamarla, desearle suerte y prometerle que haría todo lo posible para salir temprano y estar con ella en cuanto fuera posible.

Por buena fortuna, mi jefa es una persona comprensiva y me dejó salir poco antes de las 5 y dio como resultado que llegué al hospital a eso de las 6 de la tarde, a estar junto a mi hermana y supe lo importante de cumplir esa promesa, en el momento en que me pusieron a mi adorada Regina en los brazos.

Todo este rollo, tiene la finalidad de invitarlos a pensar un poco en las promesas que han hecho y que se han quedado sólo en el tintero, también en esas promesas que han cumplido y sobre todo, en todas esas promesas que aún se pueden cumplir, no debemos olvidar que cada momento es único y especial, y que por ende jamás va a repetirse y es por eso, que si hemos prometido hacer algo, no sólo estamos dando un momento especial a otra persona, sino que, también estamos forjando una memoria de anécdotas y momentos para recordar, incluso hasta el último momento.

3 comments:

Anonymous said...

Yo prometí estar ahí para ti y para mis amigos cuando me necesitaran, pero el agno pasado me fue casi casi imposible mantener contacto frecuente, y siento que me perdí de bastantes cosas importantes..., espero que este agno no sea así. I'll make my best!

Lordhackv said...

YO prometi dejar de ser agresivo pero no puedo u_u (que me esta mirando ese wey ¬¬!!!)

Sister un abrazo de mi parte creo que se lo que se siente cuando te das cuenta que has fallado en una promesa o la has olvidado y le placer de cuando cumples una :) espero este año podramos cumplir las que nos proponemos.

Isa said...

JA! Yo ya no creo en las promesas.

No por amargosa, sino porque si haces las cosas de corazón sin comprometerte, no quedas mal con nadie y si haces el esfuerzo. O al menos yo lo hago.

Además, es de cajón que cuando te prometen algo es lo primero que dejan de hacer. Hasta parece maldición gitana. Anyway, besos...